
Tras poderse celebrar finalmente el festejo programado para la feria taurina de Linares, una vez adoptadas todas las medidas de higiene y seguridad frente al COVID-19, establecidas por la Junta de Andalucía, comenzaba una de las tardes de toros que recordaremos siempre por muchas razones.
Después de romperse el paseíllo, se guardó un minuto de silencio en memoria de las víctimas de la pandemia, algo que era tradicional desde hace 73 años tras la trágica muerte de Manuel Rodríguez Sánchez «Manolete» en el Coso de Santa Margarita.
Abría cartel el sevillano Juan Ortega, un torero de corte artista clásico, con una personalidad muy acentuada, quien recibió a su primer toro con un ramillete de verónicas de mucho empaque. Desafortunadamente, el toro fue a menos en la faena de muleta, quedándose corto y sin poder lucirse con él. Pinchó en algunas ocasiones y el resultado quedó en silencio para el torero y pitos para el toro en el arrastre. Su segundo toro fue devuelto en el recibo de capote, tras partirse la vaina del pitón en uno de los lances y salió el primer sobrero de Parladé, que aunque no estuvo sobrado de fuerzas en los lances de capote, en la faena de muleta aprovechó Ortega sus buenas embestidas, pulseándolo mucho y llevándolo con temple en los suaves muletazos que dejó para el deleite del público, cargados de torería añeja y de personalidad. Toreó al natural a placer, labor que caló muy hondo en los tendidos que le pidió con insistencia las dos orejas que fueron concedidas. Se desmonteraron Andrés Revuelta y José Ángel Muñoz «Perico» tras lucirse en sendos pares de banderillas.
Tampoco se quedó atrás Álvaro Lorenzo y tras sortear un gran toro de Algarra, como primero de su lote. Lo recibió a la verónica bajándole la mano y rematándolo con una larga muy torera. En la faena de muleta, el toro cada vez fue a más, derrochando calidad en sus embestidas. Cosa que aprovechó el torero, realizando una gran faena por ambos pitones. Se llegó incluso a pedir levemente el indulto. Dejó una estocada casi entera y obtuvo las dos orejas. Al toro se le dio la vuelta al ruedo en el arrastre. El segundo de su lote, un toro de Parladé, no fue de tanta calidad y apenas hubo lucimiento con el percal. En el tercio de banderillas saludaron montera en mano Rafael González Amigo y Alberto Zayas. Por el pitón derecho consiguió sacarle algunas tandas, dejando muletazos largos. El toro se fue a tablas y la faena fue a menos, a pesar de la insistencia de Lorenzo. Obtuvo una oreja.
Cerraba la terna el portuense Daniel Crespo, quien sorteó un toro muy deslucido en los primeros lances de capote. En la faena de muleta, tampoco tuvo mucho lucimiento y el animal tampoco se lo puso fácil. Tras varios pinchazos, su labor quedó en palmas. El último toro de la tarde y segundo de su lote, tampoco fue un toro fácil. Inició por bajo la faena sacándose al toro a los medios, aunque en la primera tanda fue perdiendo fuerza en su embestida. Pero Crespo no se conformó y realizó faena en los terrenos de la cercanía, subiendo la intensidad del trasteo, obteniendo sus mejores momentos y se le pidió la oreja que fue concedida.
Plaza de toros de Santa Margarita. Linares (Jaén)
Juan Ortega: Silencio y dos orejas.
Álvaro Lorenzo: Dos orejas y oreja.
Daniel Crespo: Palmas y oreja.